Rev UniNorte Med 2021 10(1): 128-140

DOI

Percepción materna y el estado nutricional real de niños de la escuela “San Vicente de Paul”

Igor Ernesto Marcet Franco1, María Belén Giménez Reyes1

1Carrera de Medicina (Asunción), Facultad de Medicina, Universidad del Norte, Paraguay

Resumen

Introducción: La imagen corporal condicionaría conductas alimentarias. En cualquier cultura, los alimentos de un adulto ya se incorporan en la edad preescolar, siendo esta edad clave en la influencia de hábitos alimentarios. Objetivos: Determinar si existe una concordancia entre la percepción materna del estado nutricional de los niños y niñas preescolares y escolares con el estado nutricional real. Material y método: Estudio descriptivo de corte transversal tipo encuesta realizada a las madres de niños y niñas preescolares y escolares que asisten a la escuela “San Vicente de Paul”. Fueron examinados 243 niños y niñas, clasificados según edad preescolar y escolar, del periodo de julio a setiembre de 2016, los cuales cumplían con criterios de inclusión. Resultados: El 37% fueron preescolares, el 63% fueron escolares. A 22 de 90 niños en edad preescolar con peso adecuado la madre los percibió como delgados. A 4 de 62 niños eutróficos los percibió con sobrepeso, a 1 lo percibió con obesidad. De los 16 niños con sobrepeso, 8 fueron percibidos como adecuados. De 7 niños obesos, 2 fueron percibidos como obesos. De los 153 escolares, 21 que presentaron peso adecuado la madre los percibió como delgados. A 5 de los 94 eutróficos los percibió con sobrepeso, y a 1 la madre lo percibió con obesidad. De los 38 niños con sobrepeso, 18 fueron percibidos como adecuados. De 14 niños obesos, 7 fueron percibidos como tales. Conclusión: En este estudio, se observó una baja concordancia entre la percepción del estado nutricional de los niños preescolares con el estado nutricional real. Se observó una concordancia aceptable entre la percepción del estado nutricional de los niños escolares y el estado nutricional real de estos.

Palabras claves: Desnutrición, sobrepeso, obesidad, percepciones de peso, preescolares, escolares.

Introducción

El patrón de crecimiento infantil de la Organización Mundial de la Salud confirma que todos los niños, nacidos en cualquier parte del mundo, que reciban una atención óptima desde el comienzo de sus vidas, tienen el potencial de desarrollarse en la misma gama de tallas y pesos. Por supuesto, existen diferencias individuales entre los niños, pero a nivel regional y mundial, la media de crecimiento de la población es notablemente similar. El nuevo patrón demuestra que las diferencias en el crecimiento infantil hasta los cinco años dependen más de la nutrición, las prácticas de alimentación, el medio ambiente, y la atención sanitaria que de los factores genéticos o étnicos (OMS, 2021).

Al definir los estados de riesgo de desnutrición, sobrepeso, y la obesidad en niños y niñas preescolares, es necesario tener en cuenta la edad, talla, y el sexo. La valoración del peso por simple inspección tiene la ventaja de discriminar si el exceso de peso es debido a grasa o aumento de otros tejidos (músculo, edema, hueso, etc.), pero tiene la desventaja de reflejar masa corporal total (Bartrina et al., 2005). Hay que tener en cuenta que, para definir a un niño o niña con estado nutricional de riesgo como la desnutrición, sobrepeso y la obesidad en niños y niñas escolares y adolescentes, es necesario tener en cuenta la edad, índice de masa corporal, y el sexo.

La imagen corporal condicionaría en parte las conductas alimentarias y la actitud o nivel de aceptación con relación a las dietas orientadas al control de peso (Valenzuela et al., 2010; Toussaint Martínez & García-Aranda, 2005). Existe actualmente e estudios que prueban como la obesidad y la imagen corporal están relacionadas entre sí (de Onís & Blössner, 2003). También existen estudios que demuestran que la edad temprana de aparición de la obesidad se asocia con una mayor insatisfacción de la imagen corporal (Dillon, 2009).

De hecho, los métodos de medición son importantes. Sin embargo, hay diferencias reales en la imagen corporal y las otras variables de interés que se evalúan con análisis sofisticados. Por lo tanto, la variabilidad en el resultado también podría reflejar que en realidad existen fenómenos que interactúan (Troconis Trens, 2006). El análisis de correlación que caracteriza a gran parte de la literatura sobre la obesidad y el funcionamiento psicológico no son sensibles probablemente a las complejas relaciones que parecen existir entre ellas (por ejemplo, la obesidad y la depresión podrían estar más vinculadas si es que se presenta comer en exceso). La imagen corporal y la obesidad están relacionadas de manera más compleja que desafía el simple análisis (de Onis et al., 1993; American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 2001).

La transmisión cultural de los modos de alimentación entre los humanos se realiza principalmente por la “vía femenina”. Es decir, la madre adquiere los conocimientos acerca de categorías y concepto de alimentación infantil a través de su madre (abuela del niño) (Welch et al., 2004). Es de esta forma que la madre alimenta al niño según su bagaje cultural y sobre todo según las representaciones sobre los alimentos y las representaciones que ella tiene sobre el cuerpo ideal del niño. Con relación a dicha percepción, la madre adecuará el perfil de alimentación de su hijo y si estas corresponden a un niño obeso, las porciones de alimentos tenderán a ser mayores a las recomendables y exigirá al hijo que deje el plato vacío. Por lo tanto, la madre tiene un rol fundamental en la educación y transmisión de pautas alimentarias y debe centrarse en ella la entrega de contenidos educativos relacionados con conductas alimentarias alteradas.

En la valoración del niño sano, se propuesto un modelo ecológico de evaluación. Este modelo asume que el medio ambiente, los padres, y los niños están en interacción recíproca y que la alteración de una de las partes afecta inevitablemente a las otras, explicando así la adquisición de trastornos en el desarrollo (Atalah et al., 2004). Así es que de una alimentación láctea semejante entre todas las culturas durante el primer año de vida se pasa a una variedad de dietas determinadas de acuerdo a la cultura a la que pertenece el grupo familiar. De esta forma, en cualquier cultura, el grueso de los alimentos y modos de consumirlos de un adulto ya han sido incorporados a la edad preescolar. Es en esta edad en que los padres, principalmente la madre (Hirschler et al., 2006), influyen sobre los hábitos de comer y también en los patrones de actividad física de los niños y niñas (Schwartz & Brownell, 2004).

La percepción de peso por sí sola no podría alterar la forma de alimentación de la madre, si es que ellas no se preocupan por el peso actual del niño. Existe información de que las madres de los niños con sobrepeso y obesos presentan un nivel relativamente bajo de preocupación sobre el peso actual de sus hijos. Sin embargo, están preocupadas que en el futuro sus hijos presenten sobrepeso. Dicha observación sugiere que, si se refiere a la madre el sobrepeso del niño (en el presente o en el futuro), se podría generar la preocupación de los padres sobre el peso del niño (Hirschler et al., 2006; Edwards, 2010).

Existe evidencia que los padres que recibieron la información que su hijo se encontraba en sobrepeso aumentaron las restricciones sobre el consumo de alimentos pocos saludables. De esta forma, se podría actuar de forma preventiva, especialmente sobre la obesidad infantil. Actualmente, la obesidad infantil estaría considerada como una epidemia global. Por lo tanto, la prevención de la obesidad, que se inicia en los primeros años de vida, es un instrumento eficaz para reducir esta tendencia. Además, se ha demostrado que los adolescentes obesos en mayor medida continúan siendo adultos obesos (Osorio et al., 2002; Kroke et al., 2006; Jimenez, 2010).

Las percepciones maternas del estado nutricional consiguientemente tienen implicancias importantes para el éxito o el fracaso de la prevención de la desnutrición o sobrepeso en los niños. Los esfuerzos de intervención en programas educativos son exitosos de acuerdo al reconocimiento de las madres sobre los riesgos de salud en sus hijos/as. El objetivo de este trabajo consistió en determinar la concordancia entre la percepción materna del estado nutricional con el estado nutricional real de los niños y niñas preescolares y escolares.

Material y método

Diseño general

Estudio descriptivo de corte transversal.

Población enfocada

La población enfocada incluyó madres de niños y niñas en edad preescolar y escolar, niños y niñas preescolares y en edad escolar.

Lugar y tiempo del estudio

El estudio se llevó a cabo en la escuela básica número 1034 “San Vicente de Paul” del Barrio Sajonia de Asunción, Paraguay, entre agosto y noviembre de 2016.

Criterios de inclusión

Se incluyeron todos los niños y niñas en edades preescolares (3-5 años) y escolares (6-11 años) y todos los niños y niñas que no presentaban patologías agudas o crónicas al momento de la toma de datos.

Criterios de exclusión

Se excluyeron todas las madres que se negaron participar de la encuesta, así como todos los niños y niñas que nacieron con extremo bajo peso al nacer. Se excluyeron también las encuestas incompletas.

Recolección de datos

Se realizó la encuesta a las madres de los niños y las niñas en edad preescolar y escolar que incluía la pregunta: ¿cómo le parece que se encuentra su hijo/a? con las opciones de respuestas: a) delgado; b) adecuado; c) sobrepeso; d) obeso. En la ficha de recolección de datos se anotaron el número de participante de la encuesta conjuntamente con las encuestas realizadas a las madres, los datos antropométricos (peso, talla, índice de masa corporal), fecha de nacimiento, y sexo de los niños y las niñas.

Análisis de datos

Los datos fueron cargados a través de planillas Microsoft Office Excel 2016. Los datos antropométricos fueron analizados según tablas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Luego fueron analizadas en tablas de concordancia estadística,

Asuntos estadísticos

El tamaño de muestra fue calculado según la población de estudiantes que asistían a la institución, tanto en edades preescolares y escolares, del turno mañana y turno tarde. Considerando el cálculo estadístico, en base a una población de 308 y con un índice de confiabilidad de muestra del 99%, heterogeneidad del 50%, y margen de error 5%, la muestra de personas a encuestar estimado fue de 211. La muestra del estudio fue de 246 participantes.

Se aplicó el índice kappa de Cohen (k) para analizar la concordancia entre las variables categóricas relacionadas.

Aspectos éticos

El presente estudio fue realizado previa autorización de la institución y con la firma del consentimiento informado por parte de los padres de los niños y niñas que asistían a dicha institución.

Resultados

El estudio incluyó un total de 246 niños y niñas que asistían a la institución. Se excluyeron del estudio 3 encuestas, pues las mismas no fueron respondidas por las madres únicamente, y se consideró que podrían estar influenciadas por el acompañante. Ningún niño presentó extremo bajo peso al nacer y ni presentaban en el momento del estudio patología aguda o contaban con antecedentes de patologías crónicas. El 93% de los estudiantes procedió de Asunción y el 7% restante de las ciudades de Gran Asunción.

Noventa estudiantes (37%) fueron de edad preescolar, correspondiendo 32 estudiantes al sexo masculino (35%) y 58 estudiantes al sexo femenino (65%). La edad promedio de los estudiantes en edad preescolar fue de 4.3 ± 0.9 años. Ciento cincuenta y tres estudiantes (63%) fueron de edad escolar, correspondiendo 64 estudiantes al sexo masculino (42%), y 89 estudiantes al sexo femenino (58%). La edad promedio de los estudiantes en edad escolar fue de 7.8 ± 2.3 años.

El estado nutricional de los preescolares fue el siguiente: desnutridos, 5%; eutróficos, 69%; sobrepeso, 18%; obesidad, 8%. El estado nutricional de los escolares fue el siguiente: desnutridos, 5%; eutróficos, 61%; sobrepeso, 25%; obesidad, 9%.

El Cuadro 1 muestra la relación entre el estado nutricional real y la percepción materna de los estudiantes preescolares. El grado de concordancia entre la percepción materna y el estado nutricional real de estudiantes escolares fue bajo, con un índice k de Cohen de 0.17. Esto indica que no hay concordancia significativa entre los estados nutricionales reales y la percepción de las madres de los niños y niñas en edades preescolares de los niños que asisten a la institución.

Cuadro 1: Concordancia entre el estado nutricional real de estudiantes en edad preescolar y la percepción materna

Estado real/Percepción materna Delgados Eutróficos Sobrepeso Obesidad Total
Desnutridos 3 2 0 0 5
Eutróficos 22 35 4 1 62
Sobrepeso 0 8 5 3 16
Obesos 0 1 4 2 7
Total 25 46 13 6 90

El Cuadro 2 muestra la relación entre el estado nutricional real y la percepción materna de los estudiantes escolares. El grado de concordancia entre la percepción materna y el estado nutricional real de estudiantes escolares fue moderado, con un índice k de Cohen de 0.41. Por lo tanto, podríamos decir que la concordancia entre los estados nutricionales reales y la percepción materna fue aceptable en los estudiantes escolares.

Cuadro 2: Concordancia entre el estado nutricional real de estudiantes en edad escolar y la percepción materna

Estado real/Percepción materna Delgados Eutróficos Sobrepeso Obesidad Total
Desnutridos 3 3 1 0 7
Eutróficos 21 67 5 1 94
Sobrepeso 0 18 17 3 38
Obesos 0 2 5 7 14
Total 24 90 28 11 153

Discusión

Estudios previos han señalado que las madres no reconocen el estado nutricional real de sus hijos (Ahumada-Saucedo et al., 2016; Chaparro et al., 2011; Rosas et al., 2010; Giordano & Sartori, 2012; Cabrera Rojas et al., 2013). Ahumada-Saucedo et al. (2016) publicaron una revisión de artículos relacionados con la percepción materna y el estado nutricional real de sus hijos. Encontraron que el 33% de estos estudios se realizaron en Estados Unidos y el 17% en otros países como México, Argentina, Paraguay, Israel, y Turquía. En cuanto a la población de estudio, la mayor proporción fue en diadas (madre-hijos) en edad preescolar de 4-10 años de edad. El estudio más representativo fue el de Chaparro et al. (2011), cuya muestra fue de 1702 participantes de madres y niños en edad preescolar y escolar. En este estudio, se detecto un 5% de niños en riesgo de desnutrición, 15% de los niños tenían sobrepeso, y el 17% presentaba obesidad. El 12% de las madres percibían a sus hijos más delgados, solo el 4.4% percibió a sus hijos correctamente con sobrepeso, y el 21.8% lo percibió con obesidad.

Rosas et al. (2010), en un estudio realizado en México y en California, reportaron una prevalencia del 41.7% de niños con sobrepeso. Giordano & Sartori (2012), en un estudio realizado en Salta, Argentina incluyendo madres y sus hijos de primaria de 5-7 años, encontraron 4% de riesgo de desnutrición, 20% de sobrepeso, y 6% de obesidad. Solo el 2.8% de las madres percibió de forma correcta el sobrepeso de sus hijos.

En Paraguay, en el estudio realizado por Cabrera Rojas et al. (2013), que incluyó madres e hijos en edad preescolar, se encontró desnutrición en 6.2% de los casos, 59.3% fueron eutróficos, 23% tuvieron sobrepeso, y 11.5% se encontraban con obesidad. Se determinó una relación de concordancia en el 51.3% de las madres encuestadas, considerando el estado nutricional y la percepción del mismo, y un 72.3% de concordancia observando la percepción y el deseo del estado nutricional del niño. A 14 de los 67 niños con peso adecuado para la talla la madre los percibió como delgados y a 3 de 67 los percibió con sobrepeso. Solo a 1 de 67 la madre lo percibió con obesidad. De los 26 niños con sobrepeso, la mayoría fueron percibidos como adecuados. Del total de niños obesos, ninguno fue percibido como tal.

Concluimos que la mayoría de los niños se encontraban eutróficos y sus madres los percibían como tales. En los niños cuyas madres percibieron una malnutrición, deseaban que se encuentren con peso adecuado. Finalmente, se consideró que existe una concordancia variable entre la percepción del estado nutricional y el estado nutricional real.

El médico de atención primaria debería indagar sobre cómo percibe la madre el estado nutricional del niño para, a través de este cuestionamiento, ejercer acciones orientadoras. También se podrían realizar acciones en las escuelas, ya desde principios de año, orientando sobre las prácticas alimentarias saludables y ofreciendo materiales educativos. También se debe reforzar el concepto de percepción de la familia hacia el niño.

Conclusión

La mayoría de los niños y niñas en edad preescolar y escolar se encontraban eutróficos. No hay concordancia significativa entre los estados nutricionales reales y la percepción de las madres de los niños y niñas en edades preescolares de los niños y niñas. En cuanto a los niños y niñas en edad escolar y la percepción de las madres, se puede considerar que la concordancia entre los estados nutricionales reales y la percepción materna es moderada.

Reconocimientos

Este artículo fue remitido dentro de la convocatoria del Ciclo 1 (2019-2020) del Programa de Iniciación Científica e Incentivo a la Investigación (PRICILA). PRICILA es gestionado por la Dirección de Investigación y Divulgación Científica, en conjunto con las Supervisiones de Facultades de Asunción y de Facultades Comunitarias, con fondos proveídos por el Banco GNB en Fusión y el Rectorado de la Universidad del Norte. Más información sobre PRICILA se encuentra disponible en https://investigacion.uninorte.edu.py/pricila.

El contenido original ha sido modificado por la oficina editorial (editorial@uninorte.edu.py) de la Revista UniNorte de Medicina y Ciencias de la Salud (https://investigacion.uninorte.edu.py/rev-un-med).

Correspondencia: Dra. María Belén Giménez Reyes, Facultad de Medicina, Universidad del Norte, Asunción, Paraguay. (maria.gimenez.411@docentes.uninorte.edu.py)

Referencias

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