Probablemente existan pocos sucesos tan gratificantes como el ver el nombre de uno en la lista de autores de un artículo publicado en una revista científica internacional. Ser reconocido como autor por pares y colegas alrededor del mundo, es una sensación que no tiene igual.

Es lo que buscamos, aquellos que investigamos. Publicar. Ser reconocidos como los autores de nuestras investigaciones. Sin embargo, este concepto de autor muchas veces es elusivo. Frecuentemente escucho preguntas como las siguientes:

  1. Mi tutor me ayudó a revisar mi tesis y corrigió muchas secciones. ¿Debería incluirle como autor cuando la publique como artículo?
  2. El director de la institución en la que hice mi investigación me permitió acceder al archivo y recolectar datos, sin los cuales no hubiese podido hacer el estudio. ¿Debería agregar su nombre a la lista de autores?
  3. Contraté a alguien para que me ayude con el análisis de los datos y me diseñe los cuadros y figuras, ¿debería listarle como autor?
  4. Uno de los investigadores abandonó el equipo por motivos personales y otro investigador tuvo que tomar su lugar, ¿deberíamos agregar su nombre como autor en el reporte final?

Todos estos escenarios parecen zonas grises donde no queda bien claro si se debe incluir o no a alguien en la lista de autores. No obstante, existen criterios claros y definidos para resolver estas y otras cuestiones similares. Empecemos entonces por lo básico, preguntándonos, ¿quién es un autor?

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